Escrito por Laurel Machado
A veces encontramos bastones, piedras o tan solo un silencio, a veces conectamos, a veces solo nos toca ser un simple apretón de manos, una mirada, un deseo o un color, a veces no sabemos pero estamos ahí, viviendo y siendo aquello que nos obligan a ser las circunstancias de la vida. A veces simplemente no andamos a la misma frecuencia, aveces solo somos vectores perdidos, o aveces solo somos como dos paralelos.
A veces esperan más de nosotros, pero nosotros solo nos mantenemos vibrando al lado de los demás, no sabemos quienes somos o que representamos, porque somos complicados y caprichosos, sabemos que no somos perfectos. A veces nos sentamos a ver las estrellas en una noche fría y desolada con la esperanza de encontrarle sentido aquello que no tiene ni pies ni cabeza en nuestras vidas. Aveces el océano es más profundo que los sentimientos que yacen en nuestro corazón.
A veces el sol es tan fuerte que pica en la piel como la sal del mar, aveces el sonido de la lluvia es tan relajante, como el sonido de la brisa que toca nuestras mejillas, aveces hay inquietudes que nos dejan sin palabras o simplemente no podemos asimilar nuestros más profundos miedos. A veces nos encontramos atrapados en las telarañas de nuestro pasado que mortifica nuestras almas. A veces son pocas las cosas que nos llegan al corazón, que nos llenan de emoción y nos hacen sonreír.
A veces preferiríamos que la vida nos fuese más fácil y a la misma ves desafiante, a veces sabemos que seguiremos viviendo nuestros sueños y que estaremos complacidos si disfrutamos nuestros sueños ya realizados. Porque a veces solo queremos un poco de paz.